me gusta la noche
es como una mujer
ella sangra estrellas y reza
muere un poco cada vez
y revive más feroz
ella se expande sobre mí
como música en mi pecho
–resuena–
sabe eclipsarse
tomar posición
moverse como me gusta
conoce el punto exacto de mis hemisferios
–de mi polaridad más absoluta–
ella es la respuesta
la misma pregunta
y los paréntesis de mi existencia
amo a esa mujer lunática
aunque desaparezca de mi cama al alba
aunque acabe satisfecha en millones de almohadas
amo
aunque su luz me sepa a "de nuevo"
y amenace con "nunca"
Era yo
la que venía a verte
entre letras suspiradas en tornasol
con miedo
quizás con asombro
y con algo de vergüenza
con esa extraña sensación
de querer ofrecer
una sutil reverencia
al hombre que me saludaba
con el ala de su sombrero.